El narguile en la sociedad
Para muchos observadores, la aceptación social del narguile es sorprendente. Sin embargo, podemos explicar en parte este hecho por la natura del tabaco especial que necesita. En realidad, el tabamel ("mu'essel" en árabe), que es una mezcla aromatizada de tabaco y melaza, queda el producto principalmente consumido en esta pipa. Ahora, si el tabamel asocia de verdad un principio negativo, materializado por el fuego de la combustión de su tabaco, éste, sin embargo, está moderado por la representación positiva de la miel - o de la melaza, el segundo elemento.
Una práctica más bién colectiva.
Los aficionados del narguile prefieren fumar en grupo, primero porque esto permite la conversación, o la espera. De hecho, ellos aprecian la participación colectiva en los ritos de su puntillosa preparación y de su fumar. Cuando son dependientes, es sorprendente que, generalmente, no substituyen el consumo de cigarrillos a su práctica. De hecho, tal actitud revela la existencia de dos universos distintos. Insistimos en la forma colectiva de la práctica del narguile aunque éste es, a veces, individual. Sin embargo, aún bajo este aspecto, puede ser entendido como una espera del compañero o de la compañera fumador(a), o no fumador(a), quien vendrá para sentarse, escuchar y compartir. Esto dicho, seguramente existe, desde varios años ahora, una tendencia hacia un fumar individual (una persona, un narguile) a tal punto que unos declararon que esto es una práctica hedonista. De hecho, esto sólo refleja una evolución reciente que podemos explicar, primero, por el contagio individualista de nuestra época el cual se infiltra en todas las esferas de la sociedad y, segundo, por la mediatización de tantas epidemias. Seguramente, el discurso médico no es extranjero a la preocupación preventiva observada. Por consiguiente, (...)
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El igualitarismo social del narguile.
En la sociedad, todas las clases son afectadas. Tal ignorancia de las fronteras sociales dió a algunos viajeros del pasado la ilusión de sociedades "sin clases", particularmente en el Imperio otomano. Sin embargo, hay que saber que éste era sumamente dividido, según pertenencias sociales, profesionales o religiosas. Una tal promiscuidad social aún preocupó las autoridades políticas y religiosas de entonces. Además, aquel temor llevó a los episodios desastrosos de la prohibición (....)
El igualitarismo sexual del narguile.
Una adivinanza recogida en Jordania evoca la figura femenina del narguile: ¿ Quién es esta princesa de pie en su palacio, con la mano sobre su cadera ? ("'Amîra fî qasrihâ; wa yeduhâ 'elä hasrihâ?") La cazoleta es de verdad similar a una corona; el cuerpo de balaústre, elegante y redondeado, evoca el de una mujer. En cuanto a la curva del tubo de aspiración (...) relativa del narguile en estos últimos países mientras que en los primeros, las mujeres lo van usando muy a menudo desde varios siglos.
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El igualitarismo religioso de narguile.
Los creyentes de las tres religiones monoteistas de la región han fumado el narguile durante siglos y esto de un modo indiferenciado. El recorrido de la mezquita al café y viceversa ha sido, durante un largo período, un itinerario vulgar de la vida cotidiana. En una época menos puritana que la de hoy, no era raro encontrar a hombres religiosos en los cafés y, en particular, a sofíes. En cuanto a las festividades anuales que animan las noches del santo mes de ayuno (Ramadân), extensamente observado por las poblaciones locales, han hecho del narguile una estrella de la sociabilidad arabo-islámica.
La convivencia comensal específica del narguile.
Ésta se puede analizar según las tres dimensiones intrínsecas de la situación generada: el tiempo, la conversación y el juego, que son además nociones claves de sociología y antropología. El pasapasa del tubo de aspiración entre los fumadores es notable en el sentido de que ello coloca el narguile en medio de un proceso de "donación" y "contra-donación" de palabras cambiadas y de tiempo compartido sobre un modo lúdico. Los ritos correspondientes (...).
Una práctica privada y pública.
La casa y el café representan los sitios principales donde la convivencia comensal específica del narguile surge. De un punto de vista de antropología doméstica, la cocina es una verdadera nebulosa ritual porque alimenta simultáneamente la convivencia comensal del café y del té. Los numerosos gestos requeridos por la preparación de ambos últimos se armonizan con los necesitados por la del narguile en una especie de sinfonía ritual donde la mujer y el hombre no juegan un papel más inferior que el de "maestros".
El narguile en los "cafés orientales".
A los escritores claves de la vida cotidiana en las sociedades arabo-islámicas les gusta generalmente hablar de los cafés antiguos que solían frecuentar. En realidad, el narguile atestigó justas verbales y debates políticos y poéticos entre intelectuales en países como Egipto, Líbano, Siria o Irak. ¡ Y como no lo hubiera hecho, él, cuya función principal y sumamente social es justamente la conversación ! Seguramente, los cafés orientales sufrieron el choque de la modernidad y se desarrollaron según varias direcciones (...)
Renacimiento.
Hoy, la práctica del narguile prospera en las sociedades del mundo arabo-islámico así como en las de Europa y América. En los cafés de ambas últimas regiones, nuevos salones, que llamamos "neo-orientalistas", abren sus puertas. Gracias a su convivencia específica y única, el narguile volvió a ser el pretexto para su aparición y la búsqueda de su actividad (véase la sección sobre los sitios donde se puede fumar el narguile).
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